jueves, 31 de julio de 2014

Amor adolescente





Sé que no me miras, sé que no me ves, sé que para ti no fui importante, solo fui un instante en tu vida galopante.

Lo que tú no valoras, será lo que un día recordaras, alguien que  fue capaz de quererte y desearte, sin pedirte algo que pagar.

Tocar tu cuerpo indecentemente, al saber tu deseo ardiente,  de una forma patente.

No pido someterte, cuando no deseas poseerme, deseas saberte consecuente ante tal deseo persistente

Fuiste el sueño  permanente de mi mente adolescente, no pronuncio tu nombre incoherente, lo hago sabiendo que siempre serás, mi amor eternamente.


Lo que en tu vida paso de repente, para mí, fue algo que siempre tendré en mi mente.


Enmanuell L 31 de Julio de 2014 




viernes, 25 de julio de 2014

A cinco minutos de ti

                                                     


                                                 A cinco minutos de ti


El día no había empezado bien, la discusión en casa acababa de ser más fuerte de lo habitual, la casa me estaba agobiando, recorriendo una y otra vez las mismas zonas.

Necesitaba salir de casa, sin saber dónde ir, mi top color vino y la minifalda vaquera, llaman mi atención.

La necesidad de salir es incipiente, las dos prendas son lo único que cubre mi cuerpo, recojo mi pelo en un alborotado recogido, cruzo mi bolso en mi cuello y traspaso la puerta intentando dejar atrás mis pensamientos.

Bajo las escaleras sin rumbo, llegando a pie de calle, observo a un lado y a otro sintiendo el agobio de la gente a mí alrededor.

Sin saber el porqué, levanto la mano y llamo un taxi.  En pocos minutos, un taxi para junto a mí, el chico lleva gafas  y una barba muy sugerente.

Me pregunta la dirección y simplemente le digo que conduzca, así lo hace, las lágrimas afloran en mis ojos sin pretenderlo.

Por el retrovisor siento como me mira, sus ojos me penetran, mis manos desean atraérlo subiendo mi falda, siento sus ojos en mi cuerpo,  mis lágrimas dejan de florecer poco a poco.

 Durante algún tiempo conduce sin intercambiar palabra, dejándome tiempo a querer resabiar la mala tarde.

¿Estás bien? _ Sus palabras me hacen sonreír dejando entrever mi escote a su mirada, sus sensuales labios 
son recorridos por su húmeda lengua.

El coche se detiene sin avisar delante de un local que no conozco, su mano aparece tras la puerta invitándome a salir, sucumbiendo a su invitación, entramos en el local sin hablar, me pide un combinado.

Sin pretenderlo,  sonrío ante un desconocido, la noche pasa ajetreadamente placentera.

Su mano me incita, sus ojos verdes me hipnotizan, sigo sus pasos con los latidos de mi corazón acelerado.  Entramos en una habitación vip.

La oscuridad me ciega, me mira, le sonrió, sin entender el por qué confió en el.
Me conduce por el habitáculo sobre un acolchado asiento de color beige, el tacto de su mano sobre mi espalda me excita, se acerca a mi despacio, dejándome sentir cada uno de los momentos, su excitación es palpable entre mis piernas.



Sus ojos fijos en mi me penetran, dejo que sus dejos me recorran bajando por el escote de mi top, dejando poco a poco mis pechos descubiertos.

Saborea  mi aureola al tiempo que acerca su boca, siento su aliento por momentos más cálido, no deseo rechazarlo  dejando que se acerque  su virilidad  a mi clítoris.

Mis gemidos aceleran sus caricias, mis manos desabrochan su vaquero dejándome acariciar lo que tanto deseo.
Su mirada se nubla al acariciarle, sonrió, ahora está bajo mi hechizo, dejo que mi boca aplaque o acelere su deseo.

Siento como acrecientan el ritmo de su cuerpo, su respiración me excita.
Sus sedosas manos  acarician mi pelo con determinación, en el clímax más deseado aparta mi boca de él.

Su mano ronda mi pierna, sube por ella al tiempo que mi falda ofrece mi sexo desnudo a él. Me acaricia suavemente aumentando mi humedad, haciendo que mis brazos se apoyen en su cálida piel.  Su boca ansiosa, se deleita en mis pechos dando pequeños mordisquitos a mis pezones, desatando en mí, la lujuria oculta que está deseando desatada.

Disfruto con cada uno de los movimientos de su cuerpo en el mío, su boca recorre mi cuerpo, sus palabras me excitan convirtiéndome en una mujer nueva.

¿Preparada? – me sonríe mirándome a los ojos, asiento con deseo y temor.
Su pene erguido masajea mi clítoris una y otra vez, el placer que siento me enloquece mi impaciencia, abriéndome a él como una amapola.

Su mirada encendida me penetra al mismo tiempo que su cuerpo entra en mi incesantemente, dejándome sin respiración.

Durante quince minutos, su cuerpo y mi cuerpo se entrelazan haciéndome descubrir posturas y sensaciones nuevas.

La música nos devuelve la calma, de madrugada la vuelta a casa es silenciosa y relajada, abriéndome la puerta al salir, se ofrece a ser mi taxista particular, cosa que sin duda, le volveré a reclamar.





Enmanuell L 25 de Julio de 2014