sábado, 25 de octubre de 2014

Por los maestro, que ejercen por devoción y no por obligación.



Hoy me siento orgullosa? Si, lo estoy.


Orgullosa porque sabiendo todos mis defectos, he comprobado que también tengo virtudes.

Las Virtudes con las cuales  dejo a mi paso huella de mi presencia, siempre intentando ser  humilde, en un segundo plano, creyéndome poca cosa al contemplar las cualidades de los demás.

Hoy, tras un largo y duro día, en un hipermercado, mi mirada ha tropezado con la mirada del pasado. 

Sonrió sí, siempre estuvo a mi lado a pesar de mi tierna edad en la cual, yo, intentaba pasar desapercibida.

Sus ojos, de un azul inmenso, su cálida  y gran sonrisa, sus acertadas palabras en mis momentos de desconsuelo.

Contemplar su sonrisa acompañada de un hola, escuchar sus palabras con el brillo de sus ojos, admitiendo la empatía y simpatía que siempre hubo entre ambos.

Si, hoy me siento orgullosa al saber, que siempre he tenido personas especiales a mi lado.


Gracias profe don Fernando, por tu apoyo, por tu sensibilidad, por tu amistad, por tus lecciones de humanidad, por hacer que, algunos años después, me vuelva a sentir una niña entusiasmada y entregada  a  tu forma de enseñarme,  que lo más importante en esta vida, es siempre aprender de lo bueno y lo malo,  que debo sentir y actuar con la vida, como lo sienta en cada instante.

Enmanuell L 


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