viernes, 25 de septiembre de 2015

Mis sueños se cumplieron, mis deseos se incumplieron, y me realidad nunca existió.

Todos pasamos épocas de ´´luto´´.

Bien por lo las personas que  queremos  les llega el final de la vida, o bien porque, llegado el momento, la vida de forma contundente de la vida que creíamos nuestra.

En ninguno de los dos casos es fácil, al principio sientes un cúmulo de sensaciones, la adrenalina te ayuda a superar el instante más duro.

Pasados unos días es una montaña rusa, días en los que sale el sol y te sientes bien por las decisiones tomadas y días que el cielo amanece encapotado y te sientes abatida y triste.

Cuando la vida juega de forma pícara, une ambas, se debe ser fuerte  ( eso es lo que todos dicen) pero uno no decide lo que su corazón, su cabeza o su alma pretende.

Espero ser fuerte, sentir esa fortaleza que un día tuve  y hace mucho tiempo que el letargo la embarga.

Siempre he sabido resolver las situaciones bajo presión y ahora lo intento, tengo dos motivos muy importantes por los que luchar y ser la mujer que un día fui.

Mis hijos son el motor de mi vida, por ellos y por su futuro sé que tendré fuerzas.



 Mi luto es simbólico en parte, el tiempo debe pasar y olvidar asumiendo mi realidad. 

Mis sueños se cumplieron, mis deseos se incumplieron,y me realidad nunca existió. 

Enmanuell L





26 de Septiembre de 2015