jueves, 13 de octubre de 2016

Fin de noche


Una noche más el trabajo está siendo intenso, las comandas no dejan de salir y en la cocina el trabajo parece no adelantarse.

Ya casi no escucho el atronador sonido que accede del exterior, cientos de personas hablando al  mismo tiempo, tarareo la misma canción una y otra vez sumergiéndome en el trabajo.

Horas después el silencio comienza a hacerse notar, los últimos clientes se despiden entre sonrisas de los camareros que los han servido, estos últimos, toman asiento en la larga mesa que ya han preparado para disfrutar de la cena antes de dar por terminada la jornada.

Me queda poco para unirme a ellos, por la puerta falsa pido ayuda a uno de mis compañeros, su tétrica sonrisa acompañada de un ´´es cosa tuya´´ me devuelve a la cocina.

No tiene mucha importancia, cuando acabe regresare a casa y podre evadirme de todo.

Ya todo ha quedado en su lugar, dejo la bayeta cerca del pomo de la puerta satisfecha de mi trabajo, sin haberme percatado el silencio lo envuelve todo, mis compañeros deben de haber cedido al cansancio y han decidido irse.

Apago las luces, al fondo el destello del salón me llama la atención, tras la puerta  la escena me deja paralizada, mis compañeros continúan sentados en sus sillas, mudos, con la mirada fija observando la zona de los aseos.

Tres golpes secos suenan en la puerta de entrada, instintivamente acudo sin pensarlo, un grupo de hombres, con signos de haber luchado entre sí, están frente a mi riendo a carcajadas con garrotes en sus manos entran a la fuerza en el local, nerviosa corro hacia mis compañeros.

Los gritos de auxilio que proceden de los aseos me aterrorizan, el dueño del local está siendo apaleado por varios hombres, increpo a uno de mis compañeros pidiéndole que acuda a su ayuda, con voz temblorosa solo es capaz de llorar al ver la ferocidad con la que están acabando con la vida del dueño.

Corro sin pensarlo a pedir ayuda, tiene que parar el ataque, en mi huida un golpe seco me hace caer al suelo.

No sé el tiempo que ha transcurrido, me despierto sobre una cama sin poder moverme, mi vista es borrosa, reconozco ese perfume, mi brazo recibe una caricia, la pena me invade al reconocerlo.

´´No debería ser yo quien hiera esto´´ su mano recorre mi cara cerrando mis ojos, mis  las lágrimas comienzan a fluir, un sonido seco rompe el silencio.
 
 
                                     Enmanuell L 14 de Octubre de 2016